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Primera | Espanyol

Falleció Cata, se marchó un grande

Fue capitán en el periodo 1951-58, época de la Quinta del Oxígeno

<b>PACO FLORES</b>: "Se me va un gran amigo".

Murió Vicente Balaguer Pascual, futbolísticamente Cata. Tenía 77 años. Un ídolo. Una persona que lo dejó todo en su Alcoi natal para hacer grande al Espanyol. La intentó y lo consiguió. Aseguran los que lo conocieron que era tan contundente en el terreno de juego como buena persona fuera de ellos. Lateral y central. Fue capitán del equipo en el periodo comprendido entre los años 1952 y 1958. Llegó al club una temporada antes, en 1951.

Se formó en la cantera del Serpis, un equipo ahora desaparecido, pero al que consiguió hacer campeón de España en categoría amateur. Posteriormente, se marchó al Alcoyano, equipo grande de su ciudad, que este año cumple su 75º aniversario. Y ahí es donde lo cazó el Espanyol. Fue como llegar y besar el santo. Se hizo a Barcelona nada más bajar del tren y en tan sólo una temporada le colocaron el brazalete de capitán en su brazo derecho. Entendió el compromiso y lo dio todo por el que acabó siendo el club de sus amores.

En la temporada 1956-57, el Espanyol, entonces entrenado por Alejandro Escopeli, llegó a la final de Copa. Se jugó en el antiguo Estadi Olímpic, y el rival fue el otro equipo de la ciudad. Con el General Franco en el palco, el Barcelona se llevó el gato al agua. Eso sí, con polémica, puesto que el tanto de Francisco Sampedro fue conseguido, tal y como decía él, en "claro fuera de juego".

Gran equipo. Cata lideró un equipo que fue conocido por la Quinta del Oxígeno. La historia comenzó en 1952, cuando Escopeli suministraba a sus jugadores oxígeno en el vestuario. Esa temporada, el Espanyol estuvo cerca de ganar la Liga, pero se quedó a las puertas del título.

Se fue Cata. Se fue un grande. Un ejemplo a seguir. Un hombre que, por mucho que pase, siempre estará ligado a la historia del club. Descanse en paz y para siempre.

Hoy, misa en Les Corts

El féretro del gran Cata reposará en Alcoi, su ciudad natal, donde hace dos años se le dedicó una calle. Llegará a tierras alicantinas mañana, pero hoy, a la una del mediodía, los españolistas y los barceloneses en general podrán despedirse de él. Será el adiós de un hombre que llevaba su tierra muy adentro, pero que amaba Cataluña por igual. Pero, aun así, cuando salió del Espanyol no abandonó el fútbol de elite y se fue a Andalucía. Allí militó en la máxima categoría con el Granada y posteriormente en el Ourense, aunque con los gallegos en Segunda. En las imágenes de al lado, se puede ver a Cata esperando el balón, tras una jugada del mítico delantero culé Lazsly Kubala. Pertenece a la final de la Copa del Generalísimo de 1957. La otra es de de la misma temporada, en el campo del Valencia.