Un fogonazo del Niño
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Fue una aparición deslumbrante. Ibagaza hizo honor a su apodo y tiró un caño en la línea de medios. Sencillito, como hace él las cosas, sin darse importancia. Le metió el balón a Aguilera. Y el lateral, o extremo o carrilero, que ha hecho de todo y casi todo bien, y que ahora parece el que mejor entiende el fútbol del Caño, metió un balón al centro del área. Y allí apareció impresionante, veloz como un rayo, el Niño Torres. Los temibles Javi Navarro y Pablo Alfaro, los dos tipos malos del fútbol español, se quedaron petrificados, no pudieron ni reaccionar. Estaban todavía tratando de darse la vuelta cuando ya el Niño dejaba el balón en la portería de Esteban. Ni le vieron. El Niño tiene la quinta velocidad de los grandes.
El golazo del Niño valió por todo el partido y abrió el camino hacia el triunfo a este Atlético de Manzano, que sigue de fiesta y que se muestra más sólido cada día. Superó con nota el primer asalto ante un equipo duro y difícil como el Sevilla, con jugadores geniales como Reyes. Pero este Atlético crece de la mano del genio de Ibagaza, con la velocidad del Niño y con la garra de Nikolaidis. El gladiador griego se subió ayer por las nubes para rematar por encima de Esteban un centro lanzado magistralmente, claro, por Ibagaza. El salto de Demis fue digno del mejor atleta. Fue el segundo gol rojiblanco. Así que el Atlético se nos acomoda en puesto de Champions, que es el sitio natural de este equipo.