Manzano tenía razón

Lo confieso: a mí no me gusta el doble pivote. Y yo no hubiera dejado a Ibagaza en el banquillo después de la exhibición que dio frente al Athletic. Por suerte yo no soy el entrenador del Atlético. Y Gregorio Manzano decidió irse a Riazor con sus ideas y su plan, que nos parecía miope y alicorto. Pero él lo tenía muy claro desde el principio: Simeone y De los Santos, a barrer el centro del campo y a aguantar el empate a cero en el marcador, a enfriar el partido. Si esto salía bien y no se movía el marcador, la última media hora sólo había que encomendarse al Caño Ibagaza. Y a por el Deportivo. Ése era el plan. Y salió como estaba en los papeles de Manzano, y yo que había estado tentado de mandarle con su pizarra a otra parte.

Manzano podría imitar ahora al mítico Muhammad Ali, que la noche que tumbó a Sonny Liston, lo primero que hizo fue meter la cabeza entre las doce cuerdas y gritar a los periodistas que estaban tomando notas al borde del ring: "Podéis hacer una hoguera con vuestras notas y vuestros pronósticos, porque le he ganado al Oso feo". Y Manzano también le ha ganado la batalla al Deportivo, con su guión conservador y poco ambicioso, con sus mil precauciones, con el doble pivote y sin Nikolaidis. Pero el resultado está ahí y reluce. Paunovic hizo buena la pizarra de Manzano y el Atlético se ha metidio en cuartos de la Copa. Nos rendimos: tenía razón.