El Boadilla desahucia un poco más al Vijusa

Era un partido dramático y acabó siendo un festival del Boadilla. Y lo fue porque el Valencia Vijusa quiso jugar a algo reservado sólo para equipos de talla -aparecer entre líneas para salir desde su área-, y acabó encerrado en su campo con y sin balón. Hasta recibir un siete que abre aún más una herida que no deja de sangrar, y que le convierte en un equipo moribundo que apunta hacia el descenso de forma irremisible.

Los valencianos se jugaban mucho. El Boadilla tampoco está fino y una derrota podría hacerle dudar. Pero no. Los madrileños se encontraron con un partido cómodo. Su presión en primera línea y el empeño del Valencia de salir con el balón controlado desdeñando el juego largo con pívot arriba, le hacía vivir cerca de Guillermo. Diez minutos de ataques hasta que Werner abrió la lata y Cogorro, segundos después, ponía una puntilla a un partido que empezó a ser un suplicio para los jugadores del Valencia.

Una pesadilla porque el Boadilla empezó a conectar con uno o dos toques pasando por encima sin demasiado esfuerzo y señalando el amargo camino de desahucio de un equipo, el valenciano, que pierde jugadores -primero Fede, al Lobelle, y casi seguro Pica Pau, al Levitt- con más facilidad que puntos, ante su inevitable aterrizaje en la División de Plata.