Le sobra una mano

Mike Tyson ya no es el hombre de hierro, el joven ex delincuente diseñado para ganar por KO. Eso es pasado. De aquel Iron Mike sólo queda el nombre. Eso le ha bastado para subir al ring y ganar bolsas espectaculares. El morbo de su sola presencia garantizaba el éxito para los organizadores. Pero eso también se ha agotado, porque Tyson ha defraudado una y otra vez. Necesitaba buscarse otros mercados.

Y ahí está el K-1, entre el karate y el boxeo. La pasada noche les tocó el turno a una mole del sumo, Akebono, y a Sapp, ex jugador de fútbol americano de brazos poderosos y aspecto siniestro, que se comió crudo a su rival. Ahora Tyson peleará con Sapp. Será el próximo negocio. Todavía pueden estrujar a Mike un poco más. El combate será patético. No es agradable ver arrastrarse a quien ha sido uno de los más grandes. Y eso es lo que hará Mike. ¿Resultado? Si Tyson se entrenase le sobraría una mano para tumbar a Sapp. Un campeón de boxeo está preparado para encajar los golpes más duros. A Sapp nadie le ha pegado como lo hará Tyson. Eso no será un combate, si es de verdad, sino una ejecución.