Yo digo Vicente Carreño

La diversión asegurada

Actualizado a

Noticias relacionadas

Polémicas, goles, penaltis fallados, tensión, broncas, emoción al fin y al cabo. Y diversión. Con este Atlético de Manzano, aunque no juegue bien —que a veces sí, a veces da gusto verle— se disfruta. Este año el efecto Manzano se nota sobre todo en que el equipo nunca se viene abajo, aguanta mejor que nunca los golpes, y se levanta, y ataca y no se rinde, y embarulla la pelea si es necesario. El equipo tiene casta. Y ayer encima tuvo a Ibagaza un poco más inspirado que otros días. Ya sé, ya sé que falló un penalti. Más que fallar, lo tiró a la estratosfera. No importa. A mí el pequeño argentino cada vez me da más confianza. Cuando el balón pasa por sus pies, el fútbol del Atlético se ilumina. Ayer tocó remontada en el Calderón, porque el Racing es un equipo brillante al contragolpe como ha venido demostrando durante toda la primera vuelta. Y se adelantó en el marcador. En otros tiempos esta historia hubiera acabado en desastre. Ahora no. El Atlético se remangó, el fútbol se hizo caótico por momentos. Y llegaron la remontada y las polémicas, sobre todo porque en el segundo gol, todos acelerados se olvidaron de que había un jugador del Racing en el suelo. Yo lo disculpo. Eran las ansias de ganar a toda costa, de cualquier manera. El detalle no empaña el esfuerzo admirable de todo el equipo.

Lo malo de la noche fue la lesión del Niño Torres, que llegaba con la sonrisa en los labios para celebrar con su gente la renovación. Y estuvo veinte minutos en el campo. Mala suerte. La polémica final por el pitido del árbitro cuando se iba Benayoun es absurda, porque el partido sencillamente había concluido por mucho que se queje Alcaraz.

Te recomendamos en Polideportivo