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Euroliga | Un veterano en forma

Sabonis, MVP de la Euroliga con 39 años

El zar lituano maravilla en la competición europea con una clase que le pone en la estela de mitos como Chamberlain, Jabbar y Walton

<b>GIGANTE.</b> Sabonis sienta cátedra cada día en la Euroliga.
MARIANO POZO

Cuando el Chamberlain blanco de Lituania viajó por primera vez con la selección de la Unión Soviética, en el Mundobasket 82 de Colombia, el tiro de tres puntos aún no estaba legitimado por la FIBA. 21 años y medio después, cuando Arvydas Romas Sabonis cumple 39 navega entre dos situaciones: puede ser abuelo y tener un hijo más joven que su primer nieto. Y es el actual Jugador Más Valioso de la Euroliga.

Para esta Europa, Sabonis es un cóctel del Abdul-Jabbar veterano y del Wilt Chamberlain que movía a los equipos como un poste repetidor. Como Bill Walton. Cuando Jabbar veía el fin ante el empuje de David Robinson, en 1988-89, Sabas, tras año y medio sin jugar, destruía en los Juegos de Seúl a la penúltima Yugoslavia de Petrovic y a los EE UU del mismo Almirante Robinson.

Arvydas pudo ir a Seúl y aniquilar a la selección de EEUU porque en el verano le había curado los tendones rotos el médico de los Portland Trailblazers. A los Blazers y a su médico les llamaron "traidores". Otro más de los contrastes de la vida de Sabonis. Odiaba que le hablaran en ruso, pero había ganado un oro memorable para la URSS.

En 1989, Petrovic se fue a Portland antes que Sabonis, que estaba en Valladolid. Arvydas ya no podía jugar al fútbol ni tirar penaltis de tacón: sí, con 2.21... Pero en 1992, Sabonis selló el bronce olímpico para Lituania. Y en 1995 se subió a la mesa de anotadores de Zaragoza con la Copa de Europa que el gran Drazen no pudo ganar para el Madrid. Y entre lagrimas, se fue a Portland: la liga que no pudo ser del Petrovic madridista se convirtió en la Copa de Europa de Sabonis... que en 1984 había pulverizado la final del Torneo de Navidad del Madrid al destrozar uno de los tableros de la Ciudad Deportiva.

Jugó seis años en Portland, con el pie derecho al 30% de lo que fue en 1984. Paul Allen, dueño de los Blazers, le consideró el mejor "pivot pasador" de la NBA. Prometió volver al Zalgiris: no soportaba los despertadores, la vida de América... Málaga le fascinó tanto como la cerveza. Allí juegan sus hijos Ziggy y Tautvidas. Domantas tiene siete años. Le gusta el Betis porque juega con los colores de Lituania. Gomelski siempre será su "papa".

En Málaga acaba de sentar cátedra con el Zalgiris, donde es el amo en todos los sentidos. Kurtinaitis y Homicius dicen de él que "jugará a baloncesto mientras pueda andar". Y yo, que no respiraba cuando veía en el Forum de Inglewood a Magic y Kareem, digo que no he visto a ningún hombre blanco ni negro jugar al basket con la fácil elegancia suave de Arvydas Romas Sabonis: ni siquiera Larry Bird. Perdón.