¿Camina o revienta?

Estamos en 1987. Última jornada de Liga de Segunda División. El Deportivo necesita ganar al Racing de Santander en Riazor y que el Xerez gane al Athletic B para eludir el descenso. Las deudas, en caso de bajar, pronostican una casi segura desaparición del club. Las noticias desde Jerez son buenas: los cachorros caen, pero el Depor no hace los deberes. El partido está empatado, hasta que un balón suelto es rematado por Vicente a gol en el descuento. El gol más importante de la historia del Deportivo.

Verano de 1987. Pastoriza, a 12 kilómetros de A Coruña en el camino de Carvalho. Veinte peñas deportivistas invitan a Augusto César Lendoiro a una cena. El Deportivo busca presidente y Lendoiro acaba vitoreado por los aficionados. Días después, ya como presidente electo, en una asamblea celebrada en los Salesianos, los socios le dan carta blanca para gestionar el club. Y una semana más tarde, Augusto, como le conocen sus allegados, reúne en un restaurante a orillas de la playa de Santa Cristina a los capos de los medios locales y los alista a la causa deportivista.

Lendoiro arrancó su andadura en el Deportivo con un lema muy gráfico: "Camina o revienta". Luego llegó el fichaje del sevillista Ramón, su primera contratación, que se lesionó antes de jugar con el Depor y a quien le pagó hasta la última peseta; la etapa de los búlgaros, con aquel gol de Kiriakov que salvó al equipo de bajar, la llegada de Bebeto y los fichajes por casualidad de Mauro y Djukic. En ambos, Carlos Ballesta (hoy técnico del Calahorra) fue a por otros jugadores y acabó firmando a los que hoy son dos estandartes del deportivismo. El resto de la historia ya la conocen ustedes: la primera Copa, la Liga, los éxitos en Europa, el Centenariazo...