Al Arsenal que entrena Arsene Wenger le gusta el fútbol de contragolpe, vapulea a los rivales siempre que encuentra espacios y, además, Thierry Henry vive el mejor momento de su carrera. Este Arsenal que aún no conoce el sabor de la derrota en la Premier League, sufre cuando tiene que dominar los partidos, y se siente mucho más cómodo cuando el rival lleva la iniciativa y se echa arriba. Una paradoja en un equipo con tantas estrellas ofensivas, pero evidente si analizamos sus encuentros. La arrancada de Henry, las llegadas del francés Robert Pires y del sueco Ljunberg o la velocidad del galo Wiltord son armas que necesitan espacios para ser utilizadas.
Lagunas defensivas. Atrás, el equipo pasa ciertos apuros, y Wenger aún no ha encontrado un acompañante fijo para el central Sol Campbell en el eje de la defensa. Patrick Vieira ya cumplió sus partidos de sanción tras el incidente vivido en el Arsenal-Manchester United con Ruud Van Nistelrooy y junto a él, Gilberto Silva equilibra el centro del campo de los gunners. Pero todos viven de la velocidad de sus puntas y sobre todo de Titi Henry. Si el crack francés tiene dos buenas tardes ante el Celta, no habrá nada que hacer. En caso contrario, este Arsenal sí es vulnerable, pero mucho cuidado con llevar la iniciativa, porque si el Celta se descuida, los de Highbury pueden encontrarle las cosquillas a la contra. No conozco ningún grande en Europa que juegue mejor al contragolpe y con espacios que el Arsenal de Arsene Wenger.
Arsene Wenger no acaba de encontrar un central de garantía que pueda acompañar a Sol Campbell en el centro de la zaga.
