NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Golf | Torneo de Sun City

El millón de dólares fue para Sergio García

El Niño cerró el año 2003 con un triunfo tras imponerse a Goosen en el playoff del torneo de Sun City, en Suráfrica

<b>SONRIENTE.</b> Sergio García posa feliz con el trofeo de Sun City.

Sergio García apuró al hoyo extra de su último torneo del año para conseguir su primera y única victoria en un año 2003 que ha finalizado con un gran sabor de boca: el del triunfo. El Niño se embolsó ayer 1,2 millones de dólares (un millón de euros), y demostró que le tiene tomada la medida al torneo surafricano de Sun City, paraíso terrenal de la tercera edad. En 2001 destrozó a Ernie Els, ídolo local, en el playoff, y ayer noqueó también en el primer hoyo extra al surafricano Retief Goosen, otro profeta en esa tierra.

Lo de García y Gossen se convirtió en un mano a mano desde primera hora de la mañana, justo cuando Vijay Singh se dio cuenta que no tenía el día para muchos birdies. Jugaron y sonrieron juntos, pero Sergio fue minándole la moral poco a poco. Le bastó con encarrilar ocho pares consecutivos para neutralizar el poder del dúo Goosen-público. Retief pudo ganar en el 18 con un putt de dos metros, pero el golf se convirtió entonces en un deporte justo, que siempre acaba premiando al que arriesga (Sergio) ante el que deja las maderas en la bolsa cambiándolas por los hierros (Goosen).

Penurias aparcadas. La muerte súbita fue precisamente eso, súbita. Al castellonense Sergio García le bastó con empalar un hierro ocho en el hoyo 16 para dejarla a tres metros. Fallo de Goosen, birdie del español, resoplo y abrazo con su caddie. Todo en uno. Las penurias de una temporada, aparcadas aunque sólo sea por un instante.

Las ganancias del Sergio García profesional se acercan a los nueve millones de dólares: impresionante, pero más lo es el gran rush final de temporada que ha hecho. Su golf de octubre y noviembre ha sufrido un aldabonazo. Mejora en el drive, sobre todo en el putt, y la confirmación de que vuelve a aguantar la presión de estar arriba 72 hoyos seguidos. Todo parece indicar que el 2004 debe ser su año.

Su profesión ya le aupó hasta la galaxia, pese a que meses después le descubrimos metido en el infierno del cambio de swing. Su padre Víctor fue el que le ayudó y los resultados parecen ir llegando poco a poco. El Masters de Augusta, el reencuentro con Tiger Woods y la Ryder Cup le esperan a partir de enero. Ahora, de momento, se va de vacaciones.