El día que Vitienes sacó sus tarjetas

Luis Fernández es un tipo temperamental, para lo bueno y lo malo. Si hace una semana disfrutaba con el triunfo de su equipo ante el Sevilla, hoy se siente robado, ultrajado e insultado. Lo que vivió ayer por la tarde en Albacete no le había ocurrido nunca en su carrera deportiva. Un penalti inventado, tras un lamentable error de Toni Jiménez, y unas manos intencionadas de Aranda para orientar el balón y conseguir el segundo gol, enterraron el trabajo de toda la semana. Todo el esfuerzo, tanto físico como psíquico se vino abajo. Y eso es lo que duele.

"¡Qué te crees! ¿que no tenemos familia?" Eso, entre muchas más cosas, fue lo que le dijeron Luis Fernández y parte de la expedición perica a Teixeira Vitienes, otro nefasto árbitro que se ha cruzado en la vida del actual Espanyol. Curiosamente, el colegiado, en los cinco partidos de Liga que había dirigido esta temporada, no había señalado un penalti ni había expulsado a nadie. Eligió mal día para estrenarse, ¿no?

¿Por qué siempre al Espanyol le tocan los novatos? Posiblemente porque todos sean así, negados para hacer otra cosa que no sea fastidiar a una parroquia acostumbrada a sufrir. Y Fernández lo sabe. Lo palpa en el sentimiento de sus jugadores. Luis rajará. Será el primero en encender la traca. La de presionar a los árbitros. El miércoles, todos a Montjuïc, a agobiar, animar y ganar. ¡Vamos!