La clase media se pelea

Tan impactante como el puño de Salgado en la cara de Guti fueron las explicaciones posteriores de Casillas y Queiroz. La pelea de los dos de la clase media se entiende como un buen síntoma sobre el estado de ánimo con el que afronta el partido en Pamplona. Si es por eso, que se soben el morro todos los días. Hubiera sido más coherente explicarlo desde el punto de vista de un simple pique de entrenamiento. Si no se ha hecho así, igual es que hay algo más. Desde luego, las imágenes dejan claro que, al menos ayer por la tarde, Míchel y Guti se estaban esperando. Faltaba la cerillita de un alma caritativa para que aquello prendiera. Tanto se ha hablado de los galácticos que igual este tipo de situaciones sirven para demostrar que realmente son de carne y hueso. O también que la crispación en el vestuario es mayor de lo que se antoja.

Pues lo de El Sadar esta noche no es un entrenamiento. El ímpetu de los rojillos no será producto de un simple calentón. Desde que está Aguirre, Osasuna juega al fútbol, busca la elaboración más que la jugada directa y toca con exquisitez. Para colmo, el que más guerrea en este tipo de partidos, Figo, se ha quedado en casa, y el que tiene la cabeza más fría, Zidane, también. Pero ese es otro capítulo que pertenece al debe del técnico. Arriesgó en Marsella y le salió mal. La enfermería, por no rotar, se le ha llenado en la semana más decisiva.