Puede hacer historia

Inglaterra juega hoy el partido más importante de su historia. El quince de la rosa tiene la oportunidad de convertirse en el primer equipo del hemisferio Norte que logre una Copa del Mundo. Los ingleses saben que en esta edición ser campeón está a su alcance. Nunca antes un equipo de este hemisferio había tenido tantas posibilidades de romper la ejemonía que han ejercido en el rugby los países del Sur: Australia, campeón dos veces, Nueva Zelanda y Suráfrica, campeones en sus respectivos países.

Pero los ingleses tienen en frente al peor enemigo posible, Australia. Es el peor rival con el que se pueden enfrentar porque juegan en su estadio de Sydney, donde ganaron a Nueva Zelanda creando una atmósfera que intimidó a los mismísimos All Blacks. Los Wallabies juegan en su jardín, con su gente, con su himno (Advance Australia Fair), que sonará más alto que nunca porque en la final que enfrentó a estos dos equipos en el 91 en Twickeham sólo sonó el God Save the Queen que representaba a los dos países. En aquella ocasión Australia pudo con los ingleses en su propia casa, a la hora que se juega a rugby en Inglaterra: las dos de la tarde y en pleno otoño en el hemisferio Norte.