La guerra de los hemisferios

Rugby | Australia-Inglaterra

La guerra de los hemisferios

La guerra de los hemisferios

Inglaterra vivirá el choque de hoy contra Australia con la misma intensidad que la final del Mundial de fútbol del 66, ganada a Alemania en la prórroga.

El rugby se sienta a la derecha del fútbol en Inglaterra. Dos botones de muestra: los 15.000 pubs del país tienen previsto servir siete millones de pintas durante el partido de hoy. De hecho, la final de la Copa del Mundo de rugby se ha comparado con la del Mundial de fútbol de 1966 en Wembley, la que supuso el único título de esta competición que tienen los ingleses. Encima, el escenario será Australia, una patria chica en la que reina Isabel II y a la que los ingleses exportaron el deporte del balón ovalado. Hoy los wallabies son bicampeones del mundo.

Por contra, el quince de la rosa quiere ser el primer país del Hemisferio Norte en ganar un Mundial. Los australianos, abanderados del catenaccio rugbístico, defenderán el honor del Hemisferio Sur. El partido se jugará a ritmo diesel, porque los equipos de gasolina griparon en semifinales. Las dos mejores delanteras del mundo amenazan con un juego agrupado, tenso y trabado. Inglaterra (con Back, Martin Jono Johnson, Dallaglio, Thompson, Vickery... faltan Laimbeer, Rodman y Mahorn) esconderá la guinda en la cocina, limpiará cada ruck y ganará metros en los mauls. Además, las touches deben ser asunto de Jono debido a la simplicidad de Australia. Las opciones anotadoras se limitan a la pierna diestra de Elton Flatey y a las dos de Jonny Wilkinson (un Zidane ambidextro con el tirón de Beckham y la cara de Owen). El paquete inglés tiene más kilómetros, más batallas y más oxidadas las bisagras. Australia situará enfrente a Smith, Waugh, Young, Lyons... Menos cornadas, pero muletazos más largos.

El pateo, determinante. En la retaguardia, los aussies alinearán en las alas a Tuqiri y Sailor (a confirmar alternativa), a Flatey y a Mortlock, novillero estrella, en los centros; y a Rogers de zaguero. Tres reciclados del Rugby XII y dos reubicados. Mal asunto eso de andar improvisando en la cara del toro. Inglaterra, por su parte, sale de grana y oro. Cohen y Robinson, maoríes sin DNI, en las alas; Greenwood, cuesta abajo, y Tindall, cuesta arriba, de centros, y Lewsey, de zaguero. Y en los medios (melés y aperturas), Gregan leerá mejor las embestidas que Dawson, pero Wilkinson tiene más duende y recursos que Larkham. Todo apunta a que la faena se resolverá en la suerte definitiva: el pateo. Jonny Wilkinson está siendo letal, pero Flatley también anda fino. Eso sí, Wilko ha apuntillado a sus rivales con el drop (botepronto), quite tan agradecido como incómodo.

Si puede, arrímese al pub más cercano a su casa. Pida una pinta, aunque sean las diez de la mañana, y disfrute de uno de los mayores espectáculos del planeta Tierra. A su alrededor, Inglaterra torea al mundo: al Hemisferio Sur, a Escocia, a Irlanda, a Gales, a Francia...