Valerón tiene que jugar siempre
El fútbol es algo muy sencillo. Once contra once y generalmente gana el que juega mejor. Sólo circunstancias extrañas pueden impedir el triunfo del equipo superior y a veces sucede. Se ha rozado el fracaso, porque FRACASO, y con mayúsculas, hubiese sido para nuestro fútbol no acudir a la fase final en nuestro país hermano. Todos y cada uno de los aficionados llevamos un seleccionador en potencia. Podemos discrepar en alguno de los hombres elegidos por Iñaki Sáez, pero entre los veinte que han acudido a esta convocatoria sólo podía echarse en falta a uno o dos. Estaban los mejores.
Lo que no queda claro es si nuestro seleccionador ha alineado a lo largo de todo el viacrucis clasificatorio a los once mejores, a los que tienen más calidad futbolística y se encuentran en mejor forma. Ayer hemos visto a un Valerón imperial. Dominando el juego, repartiendo el balón donde mejor podía ser aprovechado. Su pase del primer gol fue decisivo. ¿Por qué no juega siempre? ¿Por que se prescinde habitualmente de Xabi Alonso, el mejor centrocampista del año actual? ¿Por qué hemos tardado tanto en situar una pareja defensiva complementaria, uno más táctico, Helguera, otro más físico, César? Entraremos en el bombo de Lisboa y acudiremos con un plantel joven y, sin embargo, experimentado. Ya no caben dudas. Hay que jugar siempre con los más adecuados y conjuntarlos en los partidos previos, con experimentos y cambios mínimos. Hay que acudir a Portugal repletos de ilusiones y con mentalidad ganadora. Que así sea.