Wilko marca la diferencia
Inglaterra siempre ha contado con grandes pateadores en los que ha confiado para ganar partidos. Rob Andrew, Jonathan Webb, Mike Catt, todos han sabido estar a la altura de ser el pateador del 15 de la rosa. En el equipo inglés el pateador que no cumple en los momentos difíciles no juega más. Simon Hodkingson no dio garantías en el año 90 frente a Escocia con el Grand Slam en juego y no regresó más a su puesto de zaguero. Parece una contradicción que un equipo tan bueno como Inglaterra otorgue tanta responsabilidad a su pateador. A este equipo siempre le ha bastado con el trabajo de su delantera y la rapidez de sus tres cuartos para ganar los partidos, pero además ha tenido la garantía de contar con sus pateadores.
Los golpes de castigo que estos consiguen dan mucha moral a sus delanteros que quieren ver convertido su trabajo sucio en puntos. Esa es la mejor recompensa para seguir luchando en los moles y rucks. En los últimos años el pateador inglés ha sido Jonny Wilkinson, un jugador que está a nivel superior del resto. En los dos partidos complicados que ha tenido Inglaterra ha resuelto el partido con sus patadas. Frente a Suráfrica consiguió un 100 por 100 de efectividad a palos y marcó dos drops. Ante Gales transformó cinco golpes de castigo, una conversión y terminó el partido con un drop exhibiendo unas cualidades que no posee ningún otro jugador en esta Copa del Mundo.