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Primera | Barcelona

Franco recibió dos medallas del Barça

En dos ocasiones, por lo menos, la directiva barcelonista visitó El Pardo para obsequiar al dictador con Medallas de Oro. Sucedió en los años 1971 y 1974

Bernardo Salazar
<B>PRUEBA</B>. Montal entrega la medalla de Oro conmemorativa del estreno del Palau Blaugrana a Franco (1971).

Aún está reciente la polémica barcelonista sobre la medalla de oro con la que el club obsequió a Franco en 1974. Repasemos las noticias difundidas. Hace un año, la revista El Triangle y l'Agrupació d'Amics de Josep Sunyol comenzaron la recogida de firmas entre los socios del Barcelona para solicitar a la directiva culé la retirada de la medalla de oro que el club entregó a Franco. A principios del pasado octubre se entregaron más de tres mil en la sede social. La junta barcelonista presidida por Laporta decidió que fuese el Consejo de Notables quien elaborase un dictamen sobre el tema. Este órgano se reunió por vez primera el 20 de octubre y su primera decisión fue la de cambiarse de nombre. Les debió parecer muy rimbombante lo de Notables y han pasado a llamarse Consell Assesor.

Después, presididos por Raimon Carrasco, analizaron la petición de sus tres mil y pico asociados. Conclusión después de dos horas de discusiones: sólo se puede retirar una cosa que has dado con tu consentimiento. En este caso, no hubo libertad para elegir y, por tanto, no podemos retirar una medalla que el Barcelona como institución no quiso conceder. Según se ha explicado, no existe constancia oficial de la concesión, no aparece en el Libro de Actas del club porque la directiva fue obligada a condecorar al dictador.

La explicación, ampliada de inmediato por los medios oficiosos del club, narra que con motivo de la adjudicación en 1973 a Josep Juncadella, presidente de la Penya de Manresa, de la Medalla de Oro del 75º Aniversario de la fundación del club, por el éxito organizativo de la Primera Trobada Mundial de Penyes, intervino Juan Gich, delegado nacional de Deportes y extraordinariamente afecto al régimen, para indicar a la junta que presidía Agustí Montal que sería una desconsideración al jefe del Estado que esta medalla de nueva creación no la tuviese el caudillo. Agustí Montal recuerda que "entonces esas insinuaciones eran algo más que recomendaciones. Pensé que no insistirían demasiado, porque Franco era muy del Madrid, pero un día llegó al club la notificación dándonos día y hora para acudir a El Pardo. Así que llegó el día, nos pusimos el chaqué y fuimos a El Pardo. Nos pusieron en una sala; a los cinco minutos entró Franco vestido de militar, nos dio la mano uno a uno, el encargado de protocolo me devolvió mi discurso, lo leí, le dimos la medalla y el Generalísimo me dio las gracias y se fue por donde había venido". Con la sensación de olvidar ese episodio cuanto antes, la junta del Barça volvió a Barcelona y se ‘olvidaron’ de consignar este acto en las actas del club, finaliza el redactor. Se olvidaron de eso y de muchas cosas más.

ARIÑO ESTUVO A PUNTO DE JUGARSE EL CUELLO POR NO IR A EL PARDO

En un libro de 1999 realizado por un quinteto de autores encabezado por Ramon Barnils y titulado Història Crítica del F.C. Barcelona se refleja en su página 221 (en catalán, y traducido por AS al castellano): "Al cabo de siete días, un dictador bastante achacoso recibe a la junta barcelonista, a excepción del vicepresidente Raimon Carrasco y del directivo Ferran Ariño. Ambos tienen buenas razones para ausentarse. El hijo del político fusilado por Franco en 1938 tiene razones obvias, aunque se excusa con un viaje a París por motivos profesionales: "No tenía por qué rendir cortesía al dictador, cosa que mis compañeros de junta entendieron. No tuve represalias porque Franco la había hecho tan grande con mi padre que, a nosotros, mi familia, nos respetó, porque sabía quiénes éramos y qué nos había hecho". Ariño, en cambio, no acude en representación de los que no iban a ir. "Qué podemos hacer?", le dije a Montal. "¿Me cortarán el cuello? ¡Pues que me lo corten!". Evidentemente, no me pasó nada. Franco no tiene más remedio que felicitar a la junta directiva por la buena marcha en el campeonato de Liga", agregando que había visto por la televisión el encuentro con el Madrid, informa la revista Barça.

Dado que Montal y Ariño figuran en la página de ‘Agradecimientos’ cabe sospechar que son los que dieron la noticia a los autores. Curioso, puesto que Ariño no está en la segunda directiva del mandato de Montal (1973-77) y por tanto no podía ser echado en falta. Tal vez esto sucediese en alguna ocasión anterior, posiblemente en 1971.

FUERON DOS LAS MEDALLAS QUE EL BARÇA ENTREGÓ A FRANCO

Los periódicos del 28 de febrero de 1974 publicaron la fotografía de Franco con la directiva del Barça. Además, se veía en la misma a Utrera Molina (ministro secretario del Movimiento), Juan Gich (delegado nacional de Educación Física y Deportes), José Luis Pérez-Payá (presidente de la Federación Española de Fútbol), Pablo Porta (presidente de la Federación Catalana) y hasta diecisiete personas más. Montal pronunciaría su discurso y antes o después (no conozco el protocolo) entregaría a Franco la Medalla de Oro del 75 Aniversario del club azulgrana.

Pero ese día 27 también acudió la directiva del Barça al despacho ministerial de la Secretaría General del Movimiento en la madrileña calle de Alcalá.

Así lo reflejó ‘La Vanguardia’:

"Esta mañana, el ministro secretario general del Movimiento recibió a la junta directiva del Fútbol Club Barcelona, presidida por don Agustín Montal y acompañada por el delegado nacional de Educación Física y Deportes, don Juan Gich. A la entrevista asistieron el presidente de la Federación Española de Fútbol, señor Pérez Payá, y el de la Federación Catalana, don Pablo Porta.

Motivo de la visita era el 75 aniversario del Club azulgrana y el ofrecimiento de la medalla conmemorativa de la inauguración del Palau Blaugrana y de su pista de hielo.

En el curso de la audiencia, el presidente del Barcelona agradeció todas las ayudas que ha recibido de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes ...

El ministro secretario general del Movimiento respondió al presidente del Barcelona diciendo que era para él un honor poder recibir y conversar ampliamente con los directivos del Barcelona por todo lo que el club representa en la vida deportiva nacional, y puso de relieve los valores deportivos y culturales de Cataluña. ‘El pueblo catalán’, dijo, ‘tiene un sentido aristocrático de la calidad, que le hace capaz de unas sensibilidades y ofrecimientos abnegados’. Destacó como modélica la labor de la junta directiva barcelonista, que ha dado palpables muestras de empuje y dignidad y a la que acompaña un amplio espíritu deportivo en una actividad, como es la del fútbol, y el Barcelona, que constituye y debe seguir siendo protagonista de integración social...".

EL 0-5 DEL BERNABÉU MOTIVÓ LA ENTREGA DE LA SEGUNDA MEDALLA

¿Que cómo se produjo la ‘coacción’ para adjudicar esas medallas? Pues, ni más ni menos, que diez días antes, en el Santiago Bernabéu. El 17 de febrero se había producido el histórico 0-5 del equipo azulgrana liderado por Johan Cruyff sobre el Real Madrid, con la presencia en el palco de Utrera Molina, Montal y Bernabéu (presidentes), Juan Gich, José Luis Pérez Payá y Pablo Porta. Menos el presidente madridista, todos asistirán a las audiencias de El Pardo y del Ministerio. El lógico entusiasmo por el 0-5 fue el desencadenante de unas desmesuras culés de todo tipo.

Baste este ejemplo en el diario ‘La Vanguardia’, con la firma de Interino:

"Nos parece que es hoy cuando se ha producido la muerte definitiva de un gigante del fútbol mundial. El gran Real Madrid, a cuya lenta agonía veníamos asistiendo, murió definitivamente el domingo 17 de febrero a manos del Barcelona, que se erige en nuevo gigante del fútbol español con proyección mundial...".

Unas líneas más abajo y con el titular ‘Comentarios desde lo alto’ se refleja:

"A estas horas el señor Montal debe andar meditando a fondo sobre el dicho aquel que explica que el que se arrima a buen árbol, buena sombra le cobija. ¡Qué siga la racha! Amén". Tal vez Gich, Utrera y Franco fueran el árbol en aquellos momentos de gloria.

HUBO OTRA MEDALLA DE ORO TRES AÑOS ANTES

El historiador blaugrana Jaume Sobrequés ignora totalmente en su voluminosa obra estos acontecimientos. Sin embargo, menciona otra audiencia concedida a la junta barcelonista el día 15 de octubre de 1971.

El 15 no sucedió nada. Fue el día 13 cuando acudieron en audiencia los directivos del Barça para agradecer la subvención a fondo perdido que la Delegación Nacional de Deportes había concedido al club barcelonista. Nada menos que 43 millones de pesetas, para construir el Palau Blaugrana (21 millones) y el Palau de Gel (22 millones).

Ese 13 de octubre se entregó a Franco, a Fernández Miranda y a Gich la Medalla de Oro conmemorativa de las inauguraciones de los Palaus que tendrían lugar los días 23 y 31 siguientes. Franco recibió asimismo un álbum de fotografías de las obras realizadas, cuya presidencia de honor le había sido concedida meses antes. Quien lo dude, que repase el reportaje de la revista Barça.

Está claro, por tanto, que a Francisco Franco le otorgaron, por lo menos, dos medallas de oro del F. C. Barcelona.

Respecto a la afirmación de Doménec García, que con la retirada a Franco de la medalla afirmó que "así se eliminará el último vestigio franquista que queda en la historia blaugrana", habrá que recordarle las numerosas Copas del Generalísimo ganadas por las diversas secciones del club; sólo en fútbol, nueve por el primer equipo, dos por el de aficionados y seis por los juveniles. Esperemos que permanezcan muchos años en las vitrinas del Barça.