Viene Luis y se van Clemente y Morgado

El Consejo de Administración del Espanyol sacó ayer el hacha, después del arranque de Liga más desastroso de la historia blanquiazul. Pese a que algunas posturas lo consideraban más oportuno, al final no se tomó en consideración otorgar un mayor margen de confianza al hasta ayer técnico del primer equipo. La medida, drástica: Javier Clemente, destituido. Y con él, todo su cuerpo técnico, formado por Ramon Moya, Eloy Pérez (que volverá a la Ciudad Deportiva) y Juan Carrillo.

Pero la cosa no acaba aquí. La marea negra del equipo manchó también al secretario técnico de la entidad. Sergio Morgado fue apartado del cargo, que a partir de ahora ocupará Miquel Corominas. Morgado había sido cuestionado en las últimas semanas, aunque su contrato finalizaba el próximo 30 de junio. El propio Dani comunicó a Clemente su despido, que hoy empezará a tratarse con su representante. Curiosamente, el hombre que negoció por Fernández con el Espanyol fue el ex vicepresidente del Real Madrid, Juan Onieva.

El Consejo desveló de inmediato que el nuevo entrenador es Luis Fernandez, ex entrenador del Paris Saint Germain y del Athletic de Bilbao, que precisamente será su primer rival como técnico del Espanyol. Minutos después de conocerse la noticia, Fernandez desveló sus primeras impresiones a AS. "No ha sido difícil llegar a un acuerdo, porque quería volver a España para entrenar a un equipo. No he tenido miedo por aceptar el cargo, ya que siempre intento superar todos los obstáculos con honestidad; ya sólo pienso en ganar en Bilbao" afirmó.

"Con Javier Clemente nunca tuve problemas, sino respeto profesional. Espero tener suerte en mi nueva etapa", aseguró un Luis Fernández muy ilusionado y feliz, que llega hoy a Barcelona.

Dani: "Lo único que deseamos es que el equipo consiga salvarse"

En la conferencia de prensa posterior al Consejo, Daniel Sánchez Llibre mostraba una cara de circunstancias. Normal. Consciente de que la situación del equipo es muy grave, el presidente sólo piensa en poder salvar al equipo: "Una vez, Jesús Gil dijo que la Segunda División era un infierno, y es un sitio donde no queremos ir. Tomamos esta decisión porque lo único que deseamos es que el equipo se salve. El pasado domingo, después de perder ante el Zaragoza, el público mostró su malestar con toda la razón".