Se necesita portero

El Atlético galopa. El equipo se enchufa a la Liga y aspira a todo, vale, pero se le ven lagunas. Y es mejor corregirlas cuando todavía hay tiempo y estamos en época de bonanza. Yo soy un admirador del Mono Burgos, un encantador de serpientes, rockero de noche, el tipo más frío que he visto bajo los palos, el rey del mano a mano, el que aguanta más que el mejor de los pistoleros del área, un espectáculo en la portería. No voy a negar que he disfrutado y disfruto con este guardameta de look singular. El Mono Burgos es un tipo singular y genial, que ha encajado como nadie en la idiosincrasia del Atlético. Era el hombre idóneo para salir sonriendo de la alcantarilla. Se ha ganado por sus actuaciones y por su forma de ser a la afición y tiene asegurado un puesto para siempre en el Atlético. Pero el Mono tiene ya averías —los años no nos perdonan a nadie— y se cae de los carteles con más frecuencia de la que muchos querríamos. Y por ley de vida eso irá a más. Es mejor buscar el remedio antes de que llegue la enfermedad.

Es normal, por tanto, que el Atlético se movilice para buscar un portero que ofrezca las garantías suficientes para un equipo que aspira a meterse en Europa. El club sabe que ese puede ser uno de sus puntos débiles en el futuro. Y por eso pretende reforzar la portería. Lo necesita.