El partido del ultimátum y del referéndum terminó con la destitución de Julen Lopetegui como entrenador del Rayo y con la incertidumbre de la decisión de Teresa Rivero respecto a su posible vuelta a la presidencia del club franjirrojo. La victoria del Éibar fue el detonante de la salida del técnico. La historia, sin embargo, podría haber sido bien distinta si el colegiado castellano-manchego Ontanaya López no hubiera anulado un gol legal de Geni, en el minuto 33, y que habría supuesto que el once franjirrojo fuese por delante en el marcador y no a remolque, como le sucedió en los últimos encuentros.
El Éibar supo esperar su momento. Era cuestión de tiempo porque al Rayo le costaba construir juego y crear ocasiones, aunque al final tuviese varias. Cuevas inició un veloz contragolpe por la banda derecha y Saizar, un incordio toda la tarde para la defensa vallecana, se adelantó a Segura en su salida.
Fútbol directo, balones largos, estrategia, asumir riesgos y jugar con tres centrales. Nada le sirvió al Rayo para marcar. Ni siquiera que tuviese superioridad numérica sobre el terreno de juego los últimos siete minutos por expulsión de Lambea.