Yo digo J.J. Santos

Aguacero y chaparrón

J.J.Santos
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Llueve. El fondo sur se entretiene cantando que Míchel Salgado no se vende. No, venderse no se vende, el problema es que se vaya. Sigue lloviendo. Fernando Morán, un menudo centrocampista que las pasó canutas hace años para seguir en Primera, puede con el lujo y poderío que tiene enfrente y propicia el primer gol. Arrecia el aguacero. Zidane saca el paraguas. La volea del empate es más baja que la de Glasgow y con la derecha, pero el personal recuerda la Novena. Los que se calan en la grada lateral, escalan hacia la tribuna. Allí, los notables miran con indiferencia y empiezan a buscar culpables. Luis Figo, el primero.

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Sigue lloviendo, con fuerza. Nada para el chaparrón que se avecina. Ah, por si se me olvida: el árbitro es malísimo. Turienzo Álvarez no da una y hasta casi lesiona a Zidane por estar de bulto estorbo. Mas lluvia. El personal deja las pipas. Ve más cerca el segundo del Racing. Sale Guti. Indiferencia, salvo en el fondo sur. Dejan a Figo por un momento y la toman con Carlos Queiroz. No gusta que con 1-1 cambie a Ronaldo. No para de llover. El temor de la grada se transmite. En cinco minutos tres amarillas. Tomen nota de los artistas amonestados: Zidane, Guti y Helguera. De récord.

Los chubasqueros de a euro la pieza ya no tapan nada. En un minuto el estadio se transforma. Roba Guti, saca la regla Zidane y dibuja un pase al hueco. Figo y Raúl hacen el resto. Gol. Mientras el fondo canta el Guti alé, Guti alé, muchos se dan cuenta del feo gesto que hace Guti a la tribuna. Ya está armada. Ni la incertidumbre en el tanteo hace que se olviden del catorce. Bronca monumental, Guti alé, más bronca, más Guti alé. El protagonista ríe, entre nervioso e irónico. El Bernabéu en estado puro.

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