¡Bendita taberna!
Apesar de unos rebuscados antecedentes sobre orígenes chinos, aztecas, grecorromanos o florentinos, nuestro fútbol, uno de los principales fenómenos sociales de nuestro tiempo, nació en una taberna. Allí, el 26 de octubre de hace 140 años, se reunieron unos personajes que tal vez se bebieran una jarras de cerveza acompañando a sus minúsculos dedales de whisky. Su propósito no era divertirse con cánticos y libaciones, sino ponerse de acuerdo para reglamentar un deporte popular al que había que dar rango de universitario.
El parto no fue fácil y tuvieron que transcurrir varias asambleas en la llamada taberna de los masones libres hasta que lograron vencer la resistencia de los que querían seguir utilizando las manos para avanzar con el balón y poder golpear impunemente las piernas de los adversarios. Eso lo diferenció del popular juego que tradicionalmente se llevaba a efecto por casi todas las poblaciones británicas. Al nuevo juego, con sus catorce reglas aprobadas el 8 de diciembre, lo bautizaron con el nombre de Football Association. Se jugaba golpeando la pelota (ball) con el pie (foot) pero con eminente sentido de equipo (association). ¡Bendita taberna!