Regalos de Reyes para el Niño Torres

Esta puede ser la Navidad del Niño... Torres, en este caso. Tras 2003 años agazapados tras los padres, los Reyes Magos amenazan con volver a escena y obsequiar a Fernando con grandes regalos. Melchor Cerezo, cumpliendo con la tradición, le traerá el oro. Y, en agradecimiento, el delantero abrazará aún más la fe rojiblanca (que, ojo, ya la tiene bien arraigada) y prolongará su contrato. Ya lo dijo Woody Allen: "No es que no crea, pero si Dios me enviara una señal clara, como abrirme una buena cuenta en un banco suizo...". Pues, sí, esas cosas ayudan.

Pero quizás el regalo más necesario es el que está buscando Gaspar Toni: un ariete goleador que acompañe al Niño. El experimento con Nikolaidis ante el Mallorca fue prometedor, aunque, cabriola va, cabriola viene, el griego parecía más el bombero torero que el delantero internacional que es. A la espera de que Demis demuestre que, además de chocar, puede marcar goles, no está de más ir preparando una alternativa que permita a Torres explotar sus enormes cualidades. De lo contrario, si sigue día tras día solo ante el peligro, se arriesga a contagiarse del síndrome Kluivert, que convierte a un descomunal futbolista en diana de odios y mofas, debido a la insistencia de todos sus técnicos en situarle fuera de posición. Como el holandés, Fernando es mucho más que un goleador, pero ambos quedan expuestos cuando los aficionados sólo miran sus números. Por último, espero que Gil sea Baltasar, para que, con su impagable riqueza verbal, nos explique de una vez por todas qué demonios es la mirra.