¡Menudo desastre!

¡Menudo desastre!

Vaya partido el de ayer en Mestalla. Menudo desastre. De hecho, no hubo ningún encuentro. Con el tempranero gol del Valencia se acabó todo. El equipo no existió en ninguna de sus líneas. Estuvimos muy blandos en defensa, cuando se suponía que con cinco atrás la cosa estaría algo más segura. Parece increíble que nos llegaran goles por el centro del área pequeña. A todo eso cabe añadir que en el medio del campo no hay nada. Llevo meses diciéndolo. Hace falta un hombre que cree. Que sepa parar el partido. Hoy, no lo hay.

Lo peor de todo esto no es el resultado. Un 4-0 es doloroso, pero la imagen ofrecida fue muy mala. No dimos la sensación de equipo que quizás pudo verse ante el Real Madrid en el Bernabéu. Estuvo muy mal todo el equipo. Sin excepciones. Con Raúl Molina arriba, aislado, no se pueden ganar partidos. Es duro decirlo, pero parece que la actitud de los jugadores no sea la adecuada. Por otro lado, no es momento de culpar a los jóvenes. El equipo, en su totalidad, estuvo nefasto. Nadie supo reaccionar ni saber qué hacer durante el partido. Ni los niños ni los mayores.

Se impone una profunda reflexión en el seno del club. No es hora de buscar culpables, pero desde el presidente hasta el utillero deben sentarse a recapacitar. La situación en la que estamos es muy preocupante. Y el domingo llega el Celta...