Yo digo Vicente Carreño

En buenas manos

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Tiene un estilo propio, académico, reposado, te explica las cosas pedagógicamente. Como un profesor. Y descubres que es un tipo sincero, educado, seguro de lo que hace y de sus planteamientos. Habla bajito, sin levantar la voz, convencido de que la gente no se entiende bien a gritos. El Atlético está en buenas manos con Gregorio Manzano en el banquillo aunque los números —siempre los malditos resultados— se empeñen en ponerle en la picota.

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Manzano tiene su propia filosofía para encarar los malos tiempos. Sabe que las rachas van y vienen, y que lo importante es el trabajo y tener las ideas claras. Y esas las tiene. No va a romper su línea de buen gusto por el fútbol, ese que exhibió el Mallorca durante buena parte de la pasada temporada y que le llevó a conquistar el título de Copa. Está dispuesto a mantener sus ideas, porque cree que son las buenas y le ha ido bien con ellas

Pero también es consciente Manzano de que necesita tiempo para que su proyecto cuaje, y que el tiempo es un bien escaso para los entrenadores cuando los resultados no llegan. Este profesor sobrio y sencillo sabe que le hace falta que el Atlético arranque ya para que algunos dejen de seguir poniendo la vista en el banquillo. El fútbol es así. Manzano lo ha aprendido en su largo aprendizaje en el fútbol modesto. Ha dado muchas patadas por campos difíciles hasta poder codearse con las estrellas. Es un tipo hecho a sí mismo desde abajo. El Atlético acertó cuando decidió apostar por su estilo. Ocurra lo que ocurra en las próximas semanas, Manzano es un soplo de aire fresco en el banquillo atlético. Y merece triunfar.

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