Segundones no, segundos

Cabreado como una mona se retiraba Baraja ayer cuando era cambiado (tenía sus razones) y así estamos un poco todos. Justo lo contrario que el seleccionador, ufano por el 0-4. Formas distintas de ver una misma realidad. Y esa realidad nos dice que hemos cateado en junio, nos han dado calabazas en octubre y, como malos estudiantes, nos otorgan una repesca en noviembre. Catear en un grupo con armenios, ucranios, griegos e irlandeses, sonroja. El bochorno se puede evitar ganando una clasificación que debería estar ya certificada.

Da rabia pasar por el trago de la repesca porque no somos un equipo segundón, todo lo contrario. Hace poco más de un año luchábamos por ser campeones del mundo. ¿Cambio de seleccionador? ¿Falta de motivación? ¿Desaprovechamiento de los recursos? Algo ha fallado para no ser primeros en un grupo facilón y asequible. Pero de ahí a considerarnos segundones hay un abismo. Olvidémonos de la furia y el orgullo patrio, España debe estar en Portugal. Lo contrario sería un desastre.

Lo peor es que llegamos a la decisiva eliminatoria de noviembre con dudas. ¿Es Valerón el jugador que marca las diferencias? Parece que sí, pero hasta ayer no le otorgaron tal rango. ¿Tiene que jugar nuestro mejor defensa, Puyol, de lateral izquierdo? Parece ser que no, pero el seleccionador insiste. ¿Le buscamos compañero a Raúl en ataque? Pues unos días sí y otros no, y en esas se nos diluyen Torres o Tristán y emergen Reyes y Luque. Demasiadas incertidumbres a un mes de una eliminatoria que marcará el futuro del equipo.