Apareció Rodrigo

Manzano respira un poquito mejor. Estas eliminatorias de Copa con equipos de Segunda B no dan casi nada, pero pueden ser la guillotina para entrenadores en apuros. Y por mucho que Cerezo y compañía manden señales de apoyo, Manzano anda apuradillo después de la goleada de Riazor. Pero el Atlético sobrevivió en Cuenca, sigue adelante en la Copa y el técnico tiene ahora diez días de tranquilidad. Y para trabajar, a ver si de una vez el equipo encuentra el rumbo, que falta le hace.

En Cuenca el Atlético tampoco estuvo como para tirar cohetes. Vamos, que ganó sufriendo — es marca de la casa, ya se sabe—. Pero se vieron algunas cosas positivas. Por ejemplo, Rodrigo. Dos golitos hacen concebir esperanzas. El brasileño debe aportar muchas cosas al Atlético. Y más si encuentra el camino de la portería contraria, porque este equipo está necesitando urgentemente a alguien que la meta entre los tres palos. Y si es Rodrigo, vale. Porque Javi Moreno —¿dónde se quedó su instinto de goleador?— sigue como la temporada pasada.

El partido también sirvió para que apareciese Movilla. Ya era hora, Manzano. Le dio solo unos minutitos, pero quizá es un síntoma de que empieza a contar con él. Movilla es un buen jugador, un tipo honrado y un atlético convencido. No merece el trato que está recibiendo.