Hay que confiar en Manzano

Goles, goles y goles. Los duelos entre Atlético y Barça suelen ser espectaculares, alocados, plagados de goles, todos mirando a la portería contraria. ¡Ojalá esta vez se repita la historia! Aunque los síntomas no apuntan a goleada. El Atlético lleva un gol en cuatro partidos de Liga y la sequía del Barça ya es alarmante. Les falta puntería a los dos. En el Atlético está claro que el Niño se encuentra demasiado solo en ataque, un islote con el que los defensas juegan al pim-pam-pum. Manzano lo sabe y está buscando el remedio. El plan de la semana pasada frente al Valencia no funcionó, pero aquí nadie arroja la toalla, no han aparecido los nervios y Gil sigue callado. El Niño necesita un socio delante, y los balones del Caño Ibagaza, y que Novo y Musampa sean los jugadores determinantes que triunfaban en el Mallorca y en el Málaga. Ese es el desafío que ahora tiene el entrenador.

Yo sigo confiando en Manzano. Es un tipo sensato que mantiene la cabeza lúcida en los momentos difíciles. También hace un año el Mallorca empezó la temporada de manera desastrosa. Pero allí no aparecieron francotiradores y a Manzano le dieron tiempo, y el Mallorca enderezó el rumbo, y ganó la Copa y daba gusto verle jugar. Así que esos mismos deberían ser los remedios a los males del Atlético: tiempo y tranquilidad. Y si el domingo empezara la reacción, mejor que mejor. Porque este Barça de Ronaldinho, que ni presiona ni mete goles, no asusta. Si Manzano da por fin con la tecla, puede salir trasquilado del Calderón.