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Amaya valdemoro Según Enrique Ojeda

Una estrella que invierte en ladrillos

Amaya Valdemoro es la máxima encestadora del Campeonato de Europa. Su paso por la NBA femenina lo está rentabilizando ahora la Selección Española en Grecia.

Amaya Valdemoro.

Era con diferencia la mejor deportista de Alcobendas. Despuntaba en todo, y los compañeros de colegio se la rifaban en los partidos de fútbol. Así hasta los catorce años, cuando Amaya Valdemoro aceptó la oferta del Godella para iniciar una rica carrera profesional en el baloncesto.

En la temporada 92-93 era la más joven del Dorna, con el que ganaba su primera Liga nacional. Diez años después reúne en su palmarés cinco ligas, cinco copas de la Reina, una Euroliga, y tres anillos de la WNBA, con los Houston Comets. Una carrera impresionante para esta ala de 27 años (Madrid, 18 de agosto de 1976), de 1,82 metros, que en el Mundial de China en 2002 fue elegida para el quinteto ideal.

Ella, la única deportista española que a día de hoy ha sido recibida en la Casa Blanca de Washington por dos presidentes de Estados Unidos (Bill Clinton y George Bush), sabe la importancia de su concurso para clasificar a España para los Juegos Olímpicos, y por eso ha renunciado a otro verano en la WNBA.

En la pista es dura, intensa y descarada, y de hecho es la máxima encestadora del actual Europeo (62 puntos en tres partidos), pero esta madrileña que se jugaba sus ahorros en Bolsa hasta que se dio cuenta de que los ladrillos son más rentables (construye apartamentos en Barajas), también es una contestataria agitadora: fue la primera en preguntar en voz alta "¿quién sabe por qué a las jugadoras de la Selección las concentran dos meses y los chicos 20 días? Porque las chicas se alojan en residencias y los chicos en hoteles de cuatro estrellas, y porque la dieta diaria de un jugador es cuatro veces la de una jugadora". Pero no es feminista. Sólo una chica de su tiempo, que protesta por jugar con body pero que no le hace ascos a posar en tanga.