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Ciclismo | Vuelta 2003

Vivir en el podio

Petacchi logró ayer en Valdepeñas su cuarta victoria en la Vuelta y engorda sus números. Aitor González se bajó de la bici por un problema de garganta

Actualizado a
<b>EL LÍDER VIGILA.</B> Nozal, en el centro del pelotón, controla junto a sus compañeros durante la etapa de ayer.

Miguel Nández, concursante de Operación Triunfo al que le falta un trozo de apellido, fue el encargado de entregar a Nozal los premios que le corresponden como líder de la Vuelta. Ni qué decir tiene que el maillot oro no demostró un gran entusiasmo, lógicamente hubiera preferido a Beth o a Nika, o a ambas. Además, esta irrupción relegó a un lastimero segundo plano a las azafatas, en especial a la que nos inquieta. La nota positiva es que cualquier mortal puede subir al podio a repartir bandejas y flores, no es necesario ser alcalde o concejal ni tener bigote. Y esto nos anima a preparar el asalto definitivo.

Si empezamos por los títulos de crédito, es porque la etapa la ganó Petacchi, su cuarta victoria en la Vuelta, otras tantas en el Tour y seis en el Giro, lo que prácticamente le hace de la familia. Se impuso en un sprint larguísimo en el que parecía que le iba a ganar todo el mundo y al final no le ganó nadie.

Después de tantas victorias, más que continuar con los elogios a Petacchi llega el momento de buscarle muertos en el armario. Y los hay. En cierta entrevista le pidieron que se definiera con tres adjetivos y dijo que era "simpático, tímido y altruista". Como lo leen, altruista: dícese de quien procura el bien ajeno aun a costa del propio. Después le preguntaron cuál era su actriz favorita y él contestó que Demi Moore, respuesta imposible en un presunto altruista, que se hubiera decantado por Florinda Chico o Chus Lampreave. Es evidente que esconde algo.

Por otro lado, la etapa de ayer volvió a confirmar que en esta carrera no hay quien se escape, motivo por el que no podemos hablar de jornaleros de la gloria ni de torerillos ni de otros héroes populares que tanto juego dan. Lo intentaron Joachim, Lombardi, Carlos García Quesada, Moreni y Guidi, pero fueron capturados después de 65 kilómetros. Luego se escaparon Laguna, Díaz Lobato, Nieto, Cerezo y Golbano, ciclista que sufrió recientemente el gancho altruista de Petacchi. También los cazaron.

Control total. Unas veces era el viento de cara, otras el Telekom (inasequible al desaliento) y la mayoría de las ocasiones el Fassa Bortolo, que por entonces ya había perdido a Aitor González, retirado por un problema de garganta, esa parte del cuerpo que une la cabeza con el resto de órganos.

Pese a su desastrosa temporada, Aitor es un ciclista con unas condiciones magníficas, aunque no es fácil que se cumplan. Algo parecido sucede con Ángel Casero, también retirado sin que nadie se diera cuenta (yo no me di). El resto ya lo saben, pelotón, Valdepeñas, Petacchi y Nández, que siguiendo la moda no llevaba mangas, tal vez poseído por el efecto Axe (o axila).

Hoy se agotará una de las últimas posibilidades de poner emoción a la general con la ascensión a La Pandera, puerto con rampas durísimas que perjudican a los ciclistas que suben al tran-tran, como Nozal, y favorecen a los escaladores explosivos, como Heras.

Además del podio, también está en juego la victoria de etapa, a la que optan un buen número de corredores sin demasiada suerte o sin ninguna, de Sevilla a Mancebo pasando por Cárdenas y los hermanos Osa. Hay Vuelta, no está todo claro, no se pueden bajar ahora. Hay demasiadas cosas por decidir, aunque no lo parezca o precisamente por eso. Basta dar algo por sentado para que se levante.