Tras el récord de Abel Resino
El portero del filial rojiblanco lleva 360 minutos sin encajar un tanto y es el único que queda imbatido en Primera, Segunda y Segunda B.


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Javier Lledó lleva la vocación defensiva en la sangre. Su padre fue zaguero en el Sevilla Atlético hace ya algunas décadas: "No llegó a jugar en Primera, pero sí entrenó con el primer equipo e incluso formó parte de la selección andaluza con jugadores como Bizcocho o Curro, Ahora yo soy portero y lo de cerrar el camino del gol a los delanteros viene de familia". Lledó es natural del pueblo sevillano de Coria del Río. En esa localidad de 40.000 habitantes se crió y se formó como futbolista hasta que pasó al Sevilla de División de Honor juvenil. Luego regresó a su pueblo natal para jugar en Segunda B hasta que le fichó el Atlético la pasada temporada.
En su primer año en Madrid realizó la pretemporada a las órdenes de Luis Aragonés, aunque luego el técnico reclamó a su compañero Juanma para jugar en el primer equipo. Lledó, 24 años recién cumplidos, recuerda que la pasada temporada también logró buenos números en el filial: "El equipo encajó 37 goles y yo 18 o 19 en 23 partidos. Sale una media de 0,8 por encuentro". Lledó se acuerda de metas como Esnaola y Pumpido y ahora se fija en el Mono, en Contreras "o en el César que jugó en el Valladolid".