Con el beneficio de la duda

Lo dijo con mucha claridad Radomir Antic en el, como siempre, vibrante Carrusel de la Cadena SER. El Atlético, en el arranque liguero, no ha corroborado las expectativas que había generado durante la pretemporada. Perder frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán y ganar in extremis y sin convencer en el Calderón al Albacete, un recién ascendido, no es un bagaje lo suficientemente halagüeño como para recrear las ilusiones que nos habíamos hecho antes de iniciarse el campeonato. Como reconocía el propio Fernando Torres, la mala imagen dada hasta ahora puede redundar positivamente en la futura marcha del equipo al disipar el exceso de euforia que se había creado.

Cierto es que en este corolario de la novedad en el que nos hemos instalado es necesario ajustar los elementos y conformar un bloque. Éste es precisamente el margen de confianza que los aficionados rojiblancos estamos dispuestos a tolerar. Dar el tiempo justo, pero también necesario para que el equipo acople todas sus líneas. En ello será decisiva la participación de Ibagaza. Viendo el desajuste y la falta de alternativas del centro del campo que hemos evidenciado en los dos primeros partidos ligueros entiendo, más todavía si cabe, el interés que el cuerpo técnico mostró a lo largo y ancho de la pretemporada para contratar al talentoso cerebro argentino.

El Caño Ibagaza, inevitablemente, está llamado a ser la pieza fundamental del engranaje de la maquina atlética que todos los seguidores anhelamos. Es demasiado pronto para perder la paciencia. Aún confiamos en que en esta ocasión nada va a ser igual.