El talento de la escuela andaluza

El talento de la escuela andaluza

Faltó un golito de Reyes para redondear la faena. Los olés del entregado público portugués servían de homenaje para una escuela, la andaluza, que por fin triunfa en la Selección. Joaquín y Tristán dejaron dos goles para enmarcar y el mencionado Reyes cuatro desbordes que los hubiera firmado el extremo más avezado. Esa sutileza es la que irritó especialmente a Couto, un mamporrero de tres al cuarto, que no contento con mandar a la ducha a Torres, persiguió hasta el final alguna pieza más viendo que le estaban dejando en ridículo ante los suyos. Su escuela no tiene señas de identidad, siempre ha existido. Es la de los torpes, la de los violentos, la de los que se creen que el respeto se impone a base de golpes. Ayer recibió justo castigo a años de patadas. Entre otros, tres andaluces con arte le desnudaron.

Encorajina más, tras lo visto en Guimaraes, que el equipo tenga serias posibilidades de quedarse fuera de la próxima Eurocopa. Igual la revolución de Sáez tenía que haberse adelantado tres meses. Nunca sabremos si el maldito mes de junio se hubiera salvado de otro modo con los chavales que ya hicieron triunfar al seleccionador en la categorías inferiores. Miedo a dejar sin premio a los veteranos o temor a conceder el premio de forma precipitada. El caso es que estamos en lo de siempre. Sobra calidad pero no llegan los resultados. Ojalá que demostraciones como la de ayer despejen definitivamente el futuro de los jugadores con clase, casi siempre cuestionados por eso, por ser exquisitos. Y si yo fuera ojeador, me daría una vuelta por Sevilla. Lo de ayer no es casual.