Empieza el baile

Se empieza a desbrozar el tupido y enmarañado horizonte. Gil y Cerezo han conseguido para la entidad el oxígeno necesario para seguir respirando hasta que se materialice la definitiva e imprescindible ampliación. El doloroso y turbio contencioso protagonizado por Luis Aragonés está en vías de solución y ya se oficializó el recambio. El didáctico, sereno, sensato y mordaz Goyo Manzano asume el control de un vestuario renovado y sembrado de las lógicas dosis de ilusión. Me parece acertada la elección de un técnico cuya progresión es indudable y que además parece tener tomada la medida al Real Madrid.

Llegan, por fin, los refuerzos. Algunos son una auténtica incógnita, caso de Nikolaidis. Otros están plenamente contrastados, me refiero a Simeone o al deseado Ibagaza, cuya llegada anhelamos. Me asombra sin embargo que se amontonen las alternativas en medio campo y que, salvo el argentino Lequi, no suenen más nombres para una defensa más que vulnerable. Con la paciencia diezmada tras meses de incertidumbre, encaramos un nuevo tiempo esperanzados, como siempre, aunque sin echar las campanas al vuelo. Se impone el escepticismo que nos dejaron los difíciles momentos que vivimos.