Raúl Molina es el primero de cinco

El día que David Beckham se presentó con el Real Madrid, vestía de blanco inmaculado. Figo, en su día, también lucía un polo albo. Ayer, sin ir más lejos, Raúl Molina, flamante nuevo fichaje del Espanyol, llevaba un conjunto con los colores de su nuevo equipo. El blanco y el azul. Que nadie se equivoque. No es coincidencia. Estos chicos ya llegan con la lección bien aprendida. Quieren identificarse desde el principio con los colores que defenderán en su nueva etapa.

Raúl Molina era ayer un hombre feliz. En su rostro se dibujaba una sonrisa de oreja a oreja. "Tenía otras opciones, pero la más firme y la que más me seducía era la del Espanyol. Además, ha sido el equipo que más interés ha mostrado por mí desde un buen principio", decía con gesto orgulloso.

El jugador, que ya está ansioso por jugar su primer partido defendiendo la camiseta blanquiazul, dijo no haber hablado con el entrenador del equipo, Javier Clemente: "Todavía no sé nada del míster. Me han dicho que me ha reclamado él, pero aún hemos tenido la oportunidad de charlar".

Molina se mostró muy amable durante toda el acto de presentación. Tan sólo le cambió la cara cuando se le preguntó por el otro Raúl del equipo: "Yo no he venido aquí para ser suplente de nadie. Llego con una ganas terribles de triunfar y voy a intentar ponérselo difícil al entrenador, aunque sé que no será nada fácil, porque Raúl Tamudo es uno de los mejores jugadores que hay en estos momentos en la Liga española", manifestó.

A Raúl no le pueden ir mejor las cosas. Ayer, firmó con el Espanyol un contrato que le ligará con el club de Montjuïc durante los próximos cuatro años. El próximo sábado, "si Mercedes, mi novia, no me deja plantado en el altar", rubricará el contrato de su vida.