¡Ya está bien!

No soy sospechoso y por ello, como aficionado, le digo a la Asociación de Jugadores que ya está bien, que parece que quieran convertirse en la madre de todas las moscas cojoneras del mundo. Si después de todo lo que está costando, la Federación Española y la ACB llegan a un pacto para normalizar el baloncesto español, los jugadores tienen la obligación moral de cooperar en todos los sentidos. Una cosa es defender los indiscutibles derechos de su colectivo y otra oponerse sistemáticamente a todo lo que huela a acuerdo definitivo. Los matices no se pueden convertir en problemas insolubles. Deben discutir hasta el agotamiento, con el único y exclusivo objeto de llegar a una acuerdo final.

Hay cosas incomprensibles, como que dos de las tres partes en conflicto lleguen a un principio de arreglo sin intentar previamente que la tercera se añada. A lo mejor está ahí la madre del cordero, pero si lo que sucede es que, se acuerde lo que se acuerde, se sabe de antemano que la ABP no va a aceptarlo, aquí no hay más que un culpable. La ABP no puede convertirse en la Asociación del No.