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Fútbol Sala | Liga Nacional

S. Márquez: "Yo no soy la marioneta de nadie"

"El balance de la situación, tras cerrar los acuerdos con los dos patrocinadores, arroja unos 360.000 euros de colchón para afrontar los próximos cuatro años"

Alejandro Alcázar
<b>CLUBES PRIVILEGIADOS.</B> Pero conmigo los privilegios individuales se han acabado, salvo si benefician al colectivo.

¿La Liga está saneada?

Sí. El balance de la situación, tras cerrar los acuerdos con los dos patrocinadores, arroja unos 360.000 euros de colchón para afrontar los próximos cuatro años

Pero, ¿ha habido problemas para cuadrar las cuentas?

Los patrocinadores no invierten en productos inestables. Valoran sus inversiones objetivamente y la Liga Nacional había suscitado dudas en los últimos años. Las perspectivas son buenas, tenemos otros cinco patrocinadores que podrían entrar y que consolidarían de forma definitiva este proyecto.

Para profesionalizar la Liga, ¿el gran escollo son los clubes?

Los clubes no creen en la capacidad de explotación que tienen. Para lograrlo, tienen que fortalecer sus estructuras profesionales.

Dicen que ha puesto la Liga Nacional en manos de la RFEF y de la televisión, que es usted su marioneta...

Nunca seré la marioneta de nadie. Tengo talante negociador y prefiero eso a tirarme al monte, algo que algunos dirigentes de club hacen. Existe acercamiento con la RFEF, porque estamos condenados a que exista armonía. Y es necesario apostar por la televisión para vender el producto. —¿Entre los dirigentes de los clubes hay privilegiados que se creen el dueño de este invento?

Sí, como en todos los sitios. Pero conmigo los privilegios individuales se han acabado, salvo si benefician al colectivo.

¿Es cierto que ha renunciado a su sueldo de presidente hasta que lo apruebe la asamblea?

Es cierto. Cobro la mitad de lo que recibía el último gerente.

Dicen que si no logra su objetivo, se irá y aceptará otras ofertas profesionales.

No es cierto. Tengo un compromiso con la Liga Nacional que voy a cumplir salvo que los clubes decidan lo contrario. Y sí, es cierto, tengo tres ofertas de trabajo encima de la mesa, pero para mí es un reto presidir una organización con un gran futuro.