Una salida digna

Jesús Gil dejó hace un mes la presidencia del Atlético cansado, harto del equipo, de Luis y de las críticas de los aficionados. Dijo que estaba dispuesto a vender su parte del club... si aparecía alguien con dinero. No parecía un farol. Pero en este mes, con Cerezo en la presidencia, la sombra de Gil ha seguido gravitando sobre el Atlético. Gil ni se ha ido ni se irá mientras sea el accionista mayoritario. El paso de Gil a un segundo plano era un plan estratégico para conseguir que otros grupos entrasen en el club. Los hechos están demostrando que nadie quiere poner dinero para que sea la familia Gil quien lo maneje. Los grupos que aspiran a comprar el Atlético quieren tener la mayoría de las acciones.

El balón está en el campo de Gil. Él sabe que así, con el club embargado y una deuda importante, no se puede seguir. Hace falta dinero fresco para tapar los agujeros y sobrevivir. Ese dinero sólo entrará si Gil sale por la otra puerta. Yo creo que se lo debía pensar. Ha cubierto un ciclo importante al frente del Atlético. Ha traído cracks, ha tenido grandes éxitos y fracasos sonados. Ha luchado contra viento y marea por el club. Pero el futuro no puede seguir como hasta ahora. Gil tiene la opción de traspasar los poderes de verdad a un comprador con garantías. Debería aprovechar la ocasión de irse. Sería una salida digna para él y lo mejor para el Atlético.