Riquelme, vente al Atleti

Riquelme tiene cara de chico melancólico y triste, depresivo. Y desde que llegó al Barça se le han acentuado estos rasgos. Hasta cuando mete goles parece que está a punto de echarse a llorar. Este argentino rarito vino como un crack y no ha levantado cabeza desde que pisó el Camp Nou. Yo creo que se equivocó al elegir Barcelona. Entonces, cuando se cotizaba al alza, el Atlético ya quiso ficharle. Pero se metió por en medio el Barça y se lo llevó. No sabía Riquelme que allí le querían como coartada para desviar la atención de la crisis del club, para tapar los desaguisados cometidos por los dirigentes. Así que al chico que le quitó una Copa Intercontinental al Madrid ha acabado la temporada rumiando sus males por el banquillo, y con más cara de desolación que nunca. No le ha salido casi nada a derechas desde que decidió marcharse del Boca.

El Atlético ha aprovechado la situación que vive el argentino en Barcelona para poner el nombre de Riquelme encima de la mesa. Miguel Ángel Gil y Toni se han ido a pedir su cesión a Txiki Begiristain. Bien hecho. Riquelme es un crack, un tipo que se cose la pelota al pie, que ve los espacios libres unas décimas de segundo antes que cualquier defensor, y que chuta a portería como los grandes. Es un futbolista de lujo y un tipo especial, diferente, que necesita comprensión y libertad en el campo para desplegar todo su fútbol. Estoy seguro de que en el Calderón, como antes en la Bombonera de Boca, encontraría su hábitat natural. Riquelme necesita tener a su lado una afición que apoya siempre a los suyos como la del Atlético. Aquí se acabarían sus melancolías y tristezas. Riquelme, majo, no te lo pienses y vente al Atleti.