Yo digo J. J. Santos

El abrazo a Samuel

J.J.Santos
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Casi pedía ser consolado en los prolegómenos de la final. En vez de la mano, ofrecía un abrazo a los rivales. Así es Samuel Etoo, tierno como un niño fuera del campo y una fuerza de la naturaleza para lo bueno y para lo malo dentro del mismo. Pero ayer todos estábamos con él. Era una manera de estar contra los que dirigen el fútbol, aquí y allá. Contra Blatter, que le espera hoy en París, y contra Padrón, que chupaba cámara detrás de la ministra en el palco de Elche. Una manera de estar con los futbolistas y contra los que les explotan con calendarios absurdos.

Pero Etoo no se podía conformar sólo con eso, con la palmadita de pésame por el compañero fallecido en un absurdo torneo llamado Copa Confederaciones, y que aún hoy nadie nos ha explicado cómo nació y qué intereses mueve. El camerunés, al margen de desgracias, sabía que era su final, sabía que su calidad podía inclinar la balanza. Y lo hizo desde el pitido inicial. Volviendo loca a una ordenada defensa del Recre. Jugando un fútbol moderno que no entiende de posiciones estáticas. Peleando cada balón como si fuera el último. Provocando un penalti, o goleando. Él acabó desquiciando la combinación de orden y pelotazo que con tanto éxito ha explotado Lucas Alcaraz. Al ver la lista de transferibles del Madrid, entiendo la rebeldía de Samuel.

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