Anuncios y roscas

Tirando de videoteca ayer, comprobé que Beckham ha hecho cosas fantásticas en el mundo del fútbol. Me revelo ante los que sitúan al gran David un peldaño por debajo de los llamados galácticos. El pijerío añadido le viene por vía matrimonial, los mil anuncios por su cara bonita y el halo de estrella mediática por el complejo de los ingleses por exportar glamour. Pero, insisto, repasando los archivos he visto como Beckham se atreve con goles desde casi el centro del campo, con pases de más de veinte metros que dejaban sólo a Van Nistelrooy, con vaselinas espectaculares que acababan en gol y, por supuesto, con roscas que nos hacen imaginar un tobillo derecho de goma. Así, más o menos, es el Beckham futbolista que ha fichado el Madrid. Un filón de oro para los delanteros, si hay compenetración y se aprovechan de sus centros envenenados.

Sorprende la cara de funeral de algunos jugadores del Madrid tras conocer la noticia de su contratación, inesperada más por la prontitud con que se ha realizado que por las probabilidades reales de que viniera. Parece que no se acaban de acostumbrar a esta política de fichajes de su presidente. Grave error. Después de tres años deberían haber comprendido ya cuál es la función de unos y de otros. Al menos Hierro dijo que esto no les iba a desviar del objetivo fundamental, que es ganar la Liga el domingo. ¡Faltaría más! Lo contrario sí que hubiera sido para nota. No olvidemos que algunos de los que ahora besan la calva de Ronaldo cuando define los partidos decisivos, estuvieron al borde del motín hace menos de un año en Montecarlo, después de que se ganara la Supercopa ante el Feyenoord. Cada uno a lo suyo.