Mora no llega a un acuerdo para renovar

El compás de espera continúa. Aún habrá que aguardar al menos dos o tres días más para saber si Julen Lopetegui será el entrenador del Rayo la próxima temporada. Parecía que ayer iba a ser el día decisivo, pero no hubo fumata blanca. Algunas fechas menos que para establecer con certeza si Sergio Mora continuará o no en el el equipo vallecano. El club le ha ofrecido la ampliación de su contrato —el actual finaliza este 30 de junio—, pero las diferencias entre lo que ofrece el Rayo y lo que pretende el centrocampista son sustanciales. Tanto que el propio futbolista se ve más fuera que dentro: "Hay muchos puntos que nos separan. Por eso existe un 80% de posibilidades de marcharme y sólo un 20% de quedarme".

El Murcia, equipo recién ascendido a Primera División, también tiene en su agenda al jugador de la cantera rayista, que ha debutado esta temporada en la máxima categoría: "El Murcia es una posibilidad interesante, aunque, de momento, no quiero pensar en ello. Mi primera opción continúa siendo quedarme en el Rayo, pero si me tengo que ir, estudiaré las ofertas que me lleguen".

Mora asegura que el dinero de su ficha no es el único punto que le separa de la renovación por el Rayo: "Las diferencias en las negociaciones no son sólo de índole económica. También las hay en el aspecto de plantificación deportiva. Yo siento los colores del Rayo. Está claro que siempre sacrificas cosas por continuar en un equipo, pero lo que no he de hacer es frenar mi carrera".

Ayer hubo trabajo de castigo

Lo que estaba programada como jornada de descanso para la plantilla del Rayo se convirtió ayer en una sesión de entrenamiento en toda regla. El cambio se planes se produjo el sábado en el autocar que llevaba a Madrid a la expedición franjirroja tras el partido en Valladolid. La iniciativa partió de la directiva, que consideró inconveniente que los jugadores tuvieran dos días de descanso. Así se lo comunicó vía telefónica al entrenador, Antonio Iriondo, y éste a la plantilla. Claro que, según otras versiones, fue una medida de castigo por el segundo tiempo en Zorrilla.