¡Menuda despedida!

Lo que sucedió en el partido de la pasada semana contra el Racing fue comprensible. Llegó la relajación sabiendo que el equipo había salvado la categoría y todos lo entendimos. Aun así, el equipo de Chuchi Cos, sin ser nada del otro mundo, fue capaz de hacernos cinco goles. Ayer, jugábamos en casa contra el Villarreal, que tampoco destaca por su derroche de calidad, y nos esperábamos un cambio de guión. El público quería ver un buen partido, independientemente del resultado, y no lo hubo.

Por ello, los que ayer fuimos a Montjuïc, nos fuimos insatisfechos. El partido fue triste, sin ritmo, con pocas llegadas sobre la portería de López Vallejo. Volvimos a jugar con tres centrales y sólo al final Jarque adelantó su posición un poco. El Villarreal no hizo milagros y se llevó un empate. Fue una despedida amarga de la temporada en nuestro feudo. La decepción fue el sentimiento de la grada, que lo expresó con silbidos, aunque al final hubiera ovación desde el centro del campo.

Ahora queda un encuentro en Riazor en el que tiene que haber cierta variación en la mente de los jugadores. Está claro que el Deportivo apretará más que el Villarreal, ya que tiene un nivel superior al conjunto de Benito Floro. Si se sale en A Coruña a verlas venir te pueden hacer un descosido. Hay que cambiar la actitud en el campo.