Galácticos por algo
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Lo barruntaba en la previa. El partido del Calderón era para Ronaldo, y para Raúl, y para Zidane. Eso es lo que marca la diferencia, mínima, de un Campeonato apasionante. Tan elogiable es la temporada de la Real Sociedad como el arrojo de los directivos del Madrid por apostar cada año por un fichaje una estrella, y nada más. Cuando llegó Ronaldo se cuestionaba su rodilla, cuando lo hizo Figo, su barcelonismo. Ahora se duda sobre el glamour de Beckham. No, las grandes figuras siempre son rentables. Esas estrellas le han dado al Madrid una Liga, una Champions y ahora tres cuartos de Liga más.
Hay otro factor decisivo en la emocionante penúltima jornada. El Celta se jugaba la vida y el Atlético no. Lotina tenía en la mano el sueño más preciado: jugar contra los mejores de Europa el próximo año. Luis, mientras, sigue dando vueltas a las mil triquiñuelas que se han buscado los que le dirigen para que arroje la toalla. Eso, sin duda, se acaba transmitiendo a los jugadores. Unos jugadores que en el caso del equipo gallego, saben que disfrutarán del sueño europeo en unos meses. En el Atlético, piensan en cobrar y en arreglar su destino. Insisto, eso marca, y el calendario ha querido que, si en otras ocasiones benefició a la Real, ahora lo hiciera con el Madrid.
