El Real Zaragoza es el único de los tres equipos que el año pasado perdieron la categoría que ha logrado retornar a Primera División. Y es indudable que algo habrá tenido que ver Paco Flores en ello. Pero la pregunta ahora es si el técnico catalán es el idóneo para dirigir al Zaragoza en Primera, a un Zaragoza que se presume renovado, con otro estilo futbolístico, unido de una vez por todas a los gustos históricos de su afición. Al público de La Romareda se le viene pidiendo demasiado desde hace tiempo, pero no se le hace caso. Y eso ha provocado un conflicto permanente en los últimos siete años, desde que se marchó Víctor Fernández.

El club tiene ahora una magnífica oportunidad para hacer tabla rasa y construir un proyecto nuevo que devuelva la ilusión perdida y eleve al Zaragoza donde se merece. En el fútbol hay argumentos para todos los gustos, pero Paco Flores tiene demasiada contestación interna y externa para que su continuidad no se estudie con detenimiento, pese a las últimas palabras de Alfonso Soláns.

En cualquier caso, aquí lo que cuentan son los jugadores y ahí Soláns está obligado a dar un giro radical en su política deportiva. Sea quien sea el entrenador de la próxima temporada, la primera obligación del Zaragoza es confeccionar un equipo importante, porque sin Flores y sin refuerzos de verdad tampoco se irá a ningún sitio.