Ni milagro, ni inspiración

Pecharromán ha causado sensación a todos los que hemos presenciado la Bicicleta Vasca. Ha ganado a un Beloki, que no está aún al ciento por ciento, pero que le falta poco para coger su punto del Tour, a un Casagrande que venía más que rodado del Giro y a un Euskaltel, que con la única ausencia de Iban Mayo, presentó lo mejor de su plantilla para intentar lucirse ante sus paisanos.

Pero lo más importante es la forma en que venció. Ganó una etapa de llano, otra de montaña y otra contrarreloj, y se mostró muy superior a todos sus rivales, tanto que jugó con ellos, al estilo de Merckx o Hinault. No ha sido un milagro o un día de inspiración, han sido cinco etapas siendo el mejor en todos los terrenos.

Pienso que aquí tenemos un buen corredor. No nos precipitemos, pues está por cumplir los 25 años y aún le queda mucho por aprender. Pero tiene madera: va como un tiro en contrarreloj y está con los mejores en la montaña. A los que se preguntan de dónde ha salido, les diré que a todos los grandes ciclistas les llega un momento de destaparse. También le pasó a Aitor González, por citar sólo el último caso.