Salvados y a otra cosa

Muy mal. El Espanyol de ayer en Santander fue muy malo: sin alma y sin ganas de demostrarle a su gente de que todavía se puede apostar por ellos. Así que el resumen más positivo que se puede hacer de este fin de semana es que nos hemos salvado, y aun perdiendo, lo que supone todo un lujo.

De la primera parte apenas se pueden rescatar un par de acciones voluntariosas de Milosevic. El equipo flaqueó por la derecha. Torricelli no se olvidará fácilmente de sus dos errores en los primeros minutos. Bodipo se frotó las manos, hasta tal punto que Lopo se excedió con él mediada la segunda parte.

Tras el descanso todo cambió un poco. Por suerte. De la Peña ya no se escoró tanto a la banda izquierda y movió un poco el manzano. Eso lo aprovechó Milosevic, que me pareció el mejor, de largo. Su gol me hizo concebir esperanzas... pero no era la noche de la defensa. La misma que tan buenos resultados nos ha dado durante los últimos meses de Clemente. El Racing fue un ciclón al final, y del Espanyol añoré a Roger. ¡Qué curioso! El Espanyol más borroso en la creación nace cuando falta él, y cuando De la Peña no se puede apoyar en su juego generoso y poco previsible. Al final marcó Maxi, otro golito más para su camino hacia la gloria. Pero, bueno, eso será otro cantar... A fichar, directivos.