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Premier League | Mallorca 1 - Rayo 1

El Rayo certifica su descenso a Segunda

La igualada ante el Mallorca le condena a la pérdida de categoría

Actualizado a
Mauro y Bolo se consolaron. El Rayo pone fin a cuatro años consecutivos en Primera.
justo gonzález

El Rayo es ya equipo de Segunda. Lo certificó en Son Moix, donde la victoria era el único resultado que le servía para mantener una ligera esperanza de permanencia, pero donde sólo empató. La ratificación del descenso matemático comenzó a fraguarse, en realidad, lejos de Palma. El finiquito lo firmó Palacios, jugador de Osasuna, a las 19:11 horas, cuando marcó en Valladolid el primer tanto del conjunto navarro, escribiendo el capítulo definitivo para que el Rayo abandonase la categoría por la vía rápida. La victoria rojilla hacía estéril cualquier desenlace en el choque ante el Mallorca.

Son Moix era, en ese instante, un campo de pruebas. La necesidad obligaba al cuadro franjirrojo a jugársela, aunque prefirió hacerlo pausadamente. El Mallorca no tanto. No es que tuviese prisa, pero sí que intentó solventar el expediente de forma más acelerada. El problema fue que en el calentamiento había perdido a Ibagaza y, con él, la ideas. Los avisos de Pandiani y Etoo se tornaron no obstante en precauciones cuando Bolo mandó el balón al larguero. El Rayo había superado para entonces la etapa de tanteo y pasado a la segunda, la del intento de sorpresa con rápidos contragolpes.

El paso siguiente lo dio en el inicio de la segunda parte. Ser precavido era sólo prolongar la agonía y no quería una muerte lenta. Leo Franco tuvo que detener en pocos minutos más balones que en toda la primera parte. Con el que no pudo fue con el que Bolo le puso a Peragón. La ilusión rayista renació, aunque sólo se tratase de un espejismo, porque Osasuna ya tenía dos goles de renta en Zorrilla. No había duda de que el Rayo era ya de Segunda División, pero para que no hubiese la más mínima duda, Pandiani le dio la puntilla al transformar un penalti, que además supuso la expulsión de Iriney.

Lo paradójico es que el Rayo fue a abandonar su rango de equipo de élite precisamente en el encuentro en el que mejor jugó en toda la segunda vuelta y, si me apuran, hasta de toda la Liga.