Manzano puede sentenciar al Rayo

La culpa no es de Gregorio Manzano, pero, oh paradoja, el entrenador del Mallorca puede ser quien firme el certificado de descenso del Rayo, el equipo al que rescató la temporada pasada cuando también coqueteaba con la pérdida de categoría. El cuadro madrileño sólo tiene una posibilidad de seguir manteniendo la ilusión: vencer hoy en Son Moix. Cualquier otro resultado conllevaría la pérdida de categoría. Y ni la victoria le garantiza ese átomo de esperanza, puesto que también depende del resultado de Osasuna. Un triunfo del conjunto navarro en Valladolid le condenaría inexorablemente al infierno de Segunda, suceda lo que suceda en Palma.

La nueva final del Rayo no tendrá a Julio Álvarez como protagonista. Antonio Iriondo ha vuelto a dejarle fuera de la convocatoria, pero esta vez explicó los motivos: "Técnicamente es uno de los mejores jugadores de Primera, pero un futbolista no es alguien que hace técnicamente cosas para él sino para el equipo. Si sólo trabaja con intensidad los viernes, hay un mensaje físico. Un día es por la espalda, otro por los isquiotibiales o la rodilla. Yo puedo arriesgarme y sacar a un jugador que tiene molestias todas las semanas, pero prefiero poner a otro que esté más en forma para jugar".

Manzano sí que tiene la culpa de que el Mallorca sueñe con la posibilidad de volver a disputar una competición europea. A cuatro puntos del Athletic, el equipo bermellón no está para hacerle favores al Rayo, por mucho que su técnico pueda pasar un mal rato por aquello del sentimentalismo. El fútbol es profesional.

RINCÓN ESTADÍSTICO

El Mallorca ha ganado los cuatro partidos de Primera División que ha jugado ante el Rayo en Palma. En Segunda tampoco le fue bien al equipo madrileño: un triunfo, nueve derrotas, dos empates.