Genialidad contra automatismo

Benítez ama el orden por encima de todas las cosas. Eso no es malo. Diría que hasta es bueno si buscas hueco para los artistas, y Aimar ha tenido siempre sitio en su equipo. Con orden, presión y una excelente preparación física, ganó la pasada Liga. Es un orden parecido al de los italianos pero menos rácano, más generoso con el fútbol. Parecen autómatas. Marchena puede jugar de central, de medio centro, y no pasa nada. Ayala, de central, de lateral... y apenas se nota. Vicente puede olvidarse de su zurda y hacer de Rufete por la derecha. Todo vale, menos cambiar el dibujo táctico. Muy bien. Correcto. ¿Y qué ocurre cuando llega Ronaldo y te rompe el cartel en dos galopadas? Pues que sigues manteniendo el orden, el equilibrio, pero acabas perdiendo. La genialidad no se puede plasmar en una pizarra.

A yer esa pizarra quedó hecha añicos en Mestalla por la destreza de un jugador que si no hubiera tenido dos años de parón estaría ya a la altura de los más grandes en la historia del fútbol mundial. Con su fútbol reivindica permanentemente el embrujo de un deporte que los entrenadores se han encargado de secuestrar con tácticas. Insisto, nada que reprochar a Benítez. Diría más, resulta plausible su trabajo con un equipo que tenía la cabeza baja tras perder dos finales de Champions de forma consecutiva. Su maestro Del Bosque es criticado en ocasiones porque aseguran que no sabe imprimir un estilo de juego al Madrid. ¿Permitiría cualquier planteamiento previo las diagonales de Ronaldo? Me temo que nos quedaríamos con las ganas. Cada uno a lo suyo.